‘Turismofobia’, fenómeno mundial que aterriza en Oaxaca: se odia al visitante, pero vivimos de él; Suspenden la Feria Internacional del Libro; y Antes, los inmorales se callaban; los de hoy, normalizan todo por complicidades políticas
COLUMNA
+ La ‘turismofobia’, un fenómeno mundial que aterriza en Oaxaca: se odia al visitante, pero vivimos de él.
+ Suspenden la Feria Internacional del Libro, un negocio particular con millonaria inversión del Estado.
+ “Antes, los inmorales se callaban; los de hoy, normalizan todo por complicidades políticas”
PRIMER TIEMPO
Este texto lo publicó el periódico español El Mundo la semana que está terminando. Es la columna “El ruido de la calle” de Raúl del Pozo, que tituló “Se odia al turismo”:
“En España, los que trabajan tienen derecho a 30 días de vacaciones según el Estatuto de los Trabajadores. Desde las vacaciones romanas hasta los años 30 del siglo pasado —cuando Léon Blum decretó en 1936, por el Frente Popular, las vacaciones pagadas para los trabajadores— no se logró el derecho a la pereza, del que hablaba el yerno de Marx, aunque los españoles inventaron la siesta y viajaron por el mundo entero. Eso es el comienzo de una civilización.
“Las vacaciones han existido siempre, pero como derecho no llegaron hasta el siglo XX. Desde el XVIII están de moda los viajes de placer para los aristócratas; antes, los currantes solo viajaban por la emigración o en busca de trabajo; ahora viajan los ricos y los pobres. Y crean muchos problemas.
“Hace 40 años, Cracovia y Quito fueron las primeras ciudades declaradas patrimonio de la humanidad, ahora hay más de 250, muchas de ellas, españolas. Pero el turismo tiene más enemigos que nunca y molesta su ruido.
“Las vacaciones significaron una importante conquista social para los trabajadores. Y para España, la primera industria, el 15% del PIB. Solo nos iguala Francia. Este año se esperan casi 100 millones de turistas, un 4% más que el año pasado, que se van a gastar 135,000 millones de euros. También crearán problemas de saturación. Los policías de las islas y otros funcionarios tienen que dormir en sus coches, y de eso no son culpables los turistas, sino los gobiernos que no construyen las casas que prometen. Es verdad que los jóvenes son expulsados del centro de las ciudades porque los pisos están por las nubes. El ruido, las aglomeraciones y el turismo de borrachera afectan a la calidad de vida y al transporte público.
“Se están creando tasas e impuestos. Hay ciudades que exigen dinero para entrar. Y nuestra última manía es la ‘turismofobia’. Las pancartas de las manifestaciones dicen que el turismo de masas nos quita las casas, y es verdad. Venecia es el ejemplo de la masificación. Y hay ciudades italianas que cierran a las seis de la tarde. En Cracovia hay muchas familias que se van.
“El turismo, a pesar de sus críticos, continúa al alza, pero hay señales de rechazo a los viajeros y un creciente descontento hacia el turismo masivo, especialmente en España. La gente se harta del ruido, de la falta de espacio. Como ha escrito Manuel Pimentel, odiamos a los turistas, pero de ellos vivimos.”
Interesante, ¿verdad?
Pues ahora lea este otro, versión Oaxaca:
Se odia al turismo (pero vivimos de él).
En México, quienes trabajan tienen derecho a 6 días de vacaciones por ley, aunque en Oaxaca hay quienes se toman más durante julio, cuando llega la Guelaguetza. Desde las fiestas prehispánicas hasta las actuales celebraciones del folclore, el descanso se mezcla con el trabajo, el comercio y la danza. Aquí no se inventó la siesta, pero sí se celebra la vida bailando en lunes, en laderas, bajo el sol.
Las fiestas han existido siempre, pero como derecho colectivo apenas se consolidan. Desde hace décadas, la Guelaguetza es viaje obligado para quienes pueden pagarlo. Antes solo viajaban los artistas o los comerciantes; ahora llegan los ricos y los pobres. Y, claro, también traen problemas.
Hace 37 años, Oaxaca fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Hoy comparte ese título con cientos de ciudades del mundo. Pero también carga con la molestia del turismo que ya no se detiene y lo llena todo: calles, hoteles, azoteas, restaurantes y redes sociales.
La Guelaguetza es una conquista cultural y económica para Oaxaca. Es su mayor escaparate, su primera industria. Solo en julio, el turismo deja cifras que otras regiones no logran en todo el año. En 2025 se espera que arriben más de 100 mil visitantes y se superen los 500 millones de pesos en derrama. Pero también habrá saturación. Policías durmiendo en patrullas, locatarios rebasados, y barrios donde el alquiler ya no es para quienes viven, sino para quien puede pagar por noche.
No es culpa de quienes vienen. Es de los gobiernos que no garantizan vivienda, agua, transporte ni orden. Jóvenes expulsados del centro histórico, casas convertidas en hoteles, tlayudas a 200 pesos, y un zócalo donde la fiesta es ajena. El ruido, la congestión, los bloqueos, la Guelaguetza de borrachera… todo afecta la vida diaria.
Se proponen cobros, regulaciones, impuestos turísticos. Algunas comunidades ya debaten sobre el turismo responsable. Y Oaxaca también cae, como Europa, en su propia ‘turismofobia’. Las pancartas no mienten: “El turismo de masas nos quita la ciudad”. Y es cierto. Hay barrios donde las familias ya no están. Hay calles que se cierran al tránsito local. Hay días en que ser oaxaqueño es tener que pedir permiso para vivir en casa.
Aun así, la Guelaguetza sigue creciendo. Se ama y se detesta. Se llena el cerro, se inundan los hoteles, se venden todos los productos. Pero también se acumula el hartazgo. Porque la ciudad se ahoga en sus visitantes. Porque la tradición ya es espectáculo. Porque se perdió la costumbre de compartir con medida. Como ha escrito el escritor y editor Manuel Pimentel Siles (y bien podría repetir un oaxaqueño): odiamos al turismo, pero de él vivimos.
No es propiamente un plagio, pero esta columna quiso mostrar que se sufre en Oaxaca y en España (y en otras tantas partes del mundo), no son tan distintas sus problemáticas a partir del turismo.
¡Por fin! Esta semana será la última de la Guelaguetza y casi al final, se están dando cuenta que hay excesos por todos lados, que resulta una pifia y que no, no cumple con las expectativas porque están dejando pasar la festividad por inercia.
Y como estamos en modo de ocio, esta columna hizo una lista de lo que considera las principales fallas en la Guelaguetza 2025:
1.- La reventa excesiva de boletos. Imagínese, hubo boletos hasta en 24 mil pesos y la Secretaría de Turismo podrá decir misa, pero desde esta oficina permiten ese tipo de cochupos y malas prácticas.
Cómo se explica usted que mientras hay páginas de internet donde ofertan estos precios excesivos para conseguir un boleto, misteriosamente las preventas se agotan en minutos y no hay ventas directas en taquilla.
2.- Desorden y desorganización. Algunas personas nos cuentan que de última hora, fueron invitadas, convocadas o ninguneadas, pues les hicieron la honrosísima invitación para que fueran a llenar los palcos C y D, las secciones gratuitas porque de tan cuidadosos para no tener protestas inducidas y rechiflas contra el gobernador, hubo gente que se quedó sin la posibilidad de entrar a pesar de las largas filas.
3.- Cobros excesivos en la expo-venta artesanal. Artesanas afiliadas a la Asociación de Comunidades Indígenas denunciaron cobros de hasta 4 mil 500 o 6 mil pesos por stand, frente a los 300 – 630 pesos de años anteriores. Es una ratería, además de que en los famosos puntos de venta había mucha mercancía pirata, clones espantosos y todo tipo de baratijas que no son de artesanos locales.
4.- Violencia institucional y desplazamiento de artesanas. Varios artesanos de comunidades indígenas denunciaron haber sido retirados del Zócalo y acosos de autoridades municipales, por lo que decidieron no participar en la expo-venta.
5.- Reducción unilateral de espacios asignados. Se solicitó cerca de 84 espacios, pero se les redujo a 40, distribuyéndolos en zonas dispersas sin aviso previo ni consulta, lo que fragmentó su organización.
6.- Mala organización y posible uso excesivo de autoridad. Usuarios y colectivos señalaron caos logístico y uso desproporcionado de fuerza en algunos operativos relacionados al evento.
7.- Falta de representación inclusiva. Críticas también surgieron por exclusionismo al baile Flor de Piña y falta de representación de pueblos indígenas como mazatecos y chinantecos.
8.- Problemas viales y saturación urbana. Registros indicaron bloqueos en vialidades del Istmo y Costa, además de congestión y caos por el flujo masivo de visitantes.
9.- Borracheras al aire libre. Las calendas se han convertido en una borrachera al aire libre, con excesos de personas ebrias que lejos de dar alegría causan dolores de cabeza.
10.- Una tomada de pelo la Feria del Mezcal. En la feria había de todo, pero muy poco mezcal. Digo, hasta infidelidades fueron reveladas y no precisamente como en el concierto de ColdPlay, lejos de Chris Martin lo que sucede en Oaxaca.
Y bueno, aquí se los dijimos apenas la semana pasada, eso de las zonas exclusivas está mal visto, además de incongruente para un gobierno que dice que no son iguales, pero que resultaron peores; qué grosería a la gente que estuvo desde las primeras horas del día esperando por un espacio para el concierto de Siddhartha en la Alameda de León. De plano son cuches, trompudos y lo que le sigue. Por eso les aventaron vituperios y botellas con agua, por agarrados y gandallas.
Además del mal gusto que tienen para sus asuntos, pues viera usted que lo mejorcito estuvo en la Plaza de la Danza, pero en los demás, parecía antojitos de feria de pueblo. Y no digo que eso esté mal, a cualquiera le agrada la comida callejera, pero eso es, callejera, si van a un centro gastronómico, mínimo no lo conviertan en una cantinota llena de sombrerudos y buchonas, que es la tendencia local ahora.
SEGUNDO TIEMPO
Esta semana cayó como un balde de agua fría el anuncio de que harán una pausa en la Feria Internacional del Libro, que en Oaxaca se realiza en octubre bajo el auspicio del Estado.
El anuncio divide opiniones, pues si bien recibe una millonaria inversión del Estado, esta feria es prácticamente un negocio de Guillermo Quijas Corzo, el nieto del profesor Ventura López Sánchez, fundador de la librería y papelería La Proveedora, que parece haber echado por la borda un legado familiar y una posibilidad de llevar a quienes menos tienen opciones de la lectura.
Con Guillermo son tres generaciones las que han tenido a su cargo esta feria, que inició itinerante y con puestos de libros pensados para estudiantes. Había desde libros viejos que podían intercambiarse hasta las novedades que podían adquirirse a precios modestos.
Si en últimos tiempos la lectura se ha ido convirtiendo en una actividad para la élite, con la suspensión de estas actividades de la feria, peor.
Esas promociones de lectura del Estado están malísimas, son más propagandísticas e ideológicas que realmente una herramienta para la formación del pensamiento crítico.
Pues no habrá feria en 2025, y uno se pregunta, cómo para instalar una gran cantinota y espacios de vómitos sí hay dinero; cómo para figuras de fibra de vidrio que ni siquiera son de la cosmogonía oaxaqueña sí hay dinero; cómo para que los funcionarios estrenen camionetas o hagan dispendios como el presidente del Congreso, con un complejo de edificios nuevos en Teotitlán, sí hay dinero y no para una Feria del Libro, ya no internacional como pretenden hacerla pasar.
Pero es el momento de que el Estado asuma la rectoría y en vez de ser un negocio familiar, sí haya una feria del libro, auspiciada por el Estado pero conducida con toda la pulcritud que el hecho lo amerita.
Que vengan editoriales independientes y que vengan librepensadores, escritores e intelectuales, que se fomente la crítica y el disenso con base en el respeto y la apertura ¿o tendrán miedo también de eso?
Si para Quijas ya no es negocio, que la suelte. Así como no ha dejado entrar a otras editoriales y librerías en Oaxaca y mantiene un cacicazgo, que haga una pausa no es el acabose, al contrario, debería ser el inicio para que el Estado tome su lugar y no solo sirva de bolsa para un grupo caciquil.
TERCER TIEMPO
Tiene toda la razón Raymundo Rivapalacio, estamos en una etapa política en México que sin ninguna duda se puede llamar “La era de los sinvergüenza”.
En su texto para El Financiero que tituló de esa manera, Rivapalacio asegura que “la única diferencia con el pasado, es que antes no se daban baños de pureza, de honestidad valiente ni moralidad cristiana. Otrora, los inmorales se callaban esperando que no los atraparan; los de hoy, normalizan todo porque no hay rendición de cuentas sino complicidades políticas.”
“…Es inevitable no pensar en el senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez, que le dio el voto decisivo a Morena para aprobar la reforma judicial que cambiará la carne y los huesos de México por generaciones, cuando se escondió detrás de su padre, su suplente en el Senado, quien dio la cara en el pleno para decir que su hijo votaría lo que pensaría lo mejor –me lo imaginé ese día llorando, con las piernas temblando y húmedos los pantalones–, traducido a dame el voto y cancelo sus acusaciones penales. Es imposible olvidarnos de un hombre que rompió su congruencia, el ministro Alberto Pérez Dayán, al votar contra su pasado, o la presidenta del Tribunal Electoral, Mónica Soto, a quien conocí cuando comenzaba, llena de hambre y sueños por hacer lo mejor para las mayorías, o Guadalupe Taddei, que recibía los lineamientos de Palacio Nacional para decidir el rumbo del Instituto Nacional Electoral.
“Nunca serán el tipo de héroes o heroínas de las que habla Schulman, como tampoco serán otros personajes de la vida pública, como el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, imputado por criminales de ser un criminal, o el excomisionado de Migración, Francisco Garduño, que sólo aceptó dejar el cargo del cual había sido destituido meses antes por la presidenta, hasta que quedó legalmente blindado de responsabilidad por la tragedia en el centro migratorio de Ciudad Juárez, donde murieron 40 latinoamericanos. O en estos días el senador Adán Augusto López, que nombró como jefe policial en Tabasco cuando fue gobernador, a quien acusaron por años de estar vinculado al crimen organizado y terminó, de acuerdo con las autoridades, siendo el jefe de todos.
“Es cierto que este breve y limitado catálogo, no es único en la historia moderna de México, pero sorprende el número creciente de los anexados. La única diferencia con el pasado, es que antes no se daban baños de pureza, de honestidad valiente ni moralidad cristiana. Otrora, los inmorales se callaban esperando que no los atraparan; los de hoy, normalizan todo porque no hay rendición de cuentas sino complicidades políticas. Lo vimos en el Consejo de Morena el domingo pasado, cuando el senador fue recibido con la proclama de ‘¡no estás solo!’.
“¿No estaba solo de qué? Es una confusión conceptual, por no decir una estupidez. No hay un ataque político contra él, sino una investigación en curso, donde no ha sido requerido, sobre una persona que durante tres décadas caminó codo a codo con él, y de quien aseguró no haber sabido nunca en los pasos en los que andaba, hasta cuando ya había dejado Tabasco. La atención pública que hay sobre él, cuya presunta responsabilidad la destapó otro gobernador de Tabasco, de Morena, muy cercano al expresidente Andrés Manuel López Obrador desde los 80, es por el rol político que juega y el poder que detenta…
“…No debemos esperar actos de ética política, porque hace años tenemos un déficit de ella, pero al menos de pudor. Esto es un mero deseo, porque tampoco existe entre nuestros actores políticos ninguna responsabilidad pública, que esperaríamos porque para ello pagamos sus salarios los contribuyentes. Tristemente es una quimera en estos tiempos mexicanos sin principios ni dignidad en la vida pública.”
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Y sobre el caso del ex jefe policiaco de Adán Augusto (convertido ya en un cadáver político) que era a la vez jefe del grupo delincuencial La Barredora, David Aponte en su columna “Al filo de los días” de El Universal, resalta lo inverosímil, el argumento absurdo: “Nadie en Tabasco supo nada. Nadie en el edén sabe nada.”
“Los gobiernos de los morenistas Adán Augusto López y Carlos Manuel Merino nunca tuvieron sospechas de que el jefe de la policía era al mismo tiempo el capo de la mafia, el número uno del grupo criminal La Barredora, ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación.
“Dos gobernadores, un fiscal y un general no vieron, no intuyeron, no olieron que Hernán Bermúdez Requena era el sheriff de la comarca y, quizá en sus tiempos libres, la cabeza de la delincuencia organizada.
“Nadie supo nada. Nadie sospechó que el entonces secretario de Seguridad de Tabasco se encargaba del narcotráfico, del robo de combustibles (huachicol), de la trata de personas, del tráfico de migrantes y de la extorsión.
“Amigo por tres décadas, el gobernador Adán Augusto López nombró en diciembre de 2019 a Bermúdez como encargado de la seguridad del estado, ratificado por el mandatario interino Carlos Manuel Merino, cuando el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador designó en agosto de 2021 a su ‘hermano’ Adán al frente de la Secretaría de Gobernación.
“El fiscal estatal Jaime Lastra, designado en esa posición por Adán Augusto López, tampoco se enteró de las andanzas y felonías de Bermúdez. Y el general tabasqueño Audomaro Martínez, jefe del Centro de Inteligencia Nacional, menos supo de las actividades delictivas del sheriff, mejor conocido como el comandante H.
“Bermúdez recibía órdenes directas de Adán Augusto López y de Carlos Manuel Merino, quien primero fue secretario de Gobierno y después gobernador interino. Los dos declararon al periodista Ciro Gómez Leyva, en Grupo Fórmula, que desconocían los nexos del entonces secretario de Seguridad con el crimen organizado...
“Nadie supo nada.
(…)
“La maquinaria de la barredora que ensució, enlodó al senador Adán Augusto López se echó a andar con la declaración del general Miguel Ángel López Martínez, comandante de la 30 zona militar, quien dio a conocer la existencia de una orden de aprehensión contra Bermúdez, a partir de una investigación que comenzó a finales de 2024.
“El golpe de la noticia sacudió a la clase política tabasqueña, pero también pegó en el movimiento político en el poder y tocó las puertas de Palacio Nacional.
“A partir de ese momento, el gabinete del gobernador de Tabasco, Javier May, se encargó de poner más combustible al expediente Bermúdez (hay que explicar a manera de contexto que el grupo político de May están confrontado con el grupo de Adán Augusto López).
“Ya está saliendo toda la pudrición, soltó hace casi dos semanas el secretario de gobierno tabasqueño, José Ramiro López Obrador, hermano del expresidente de México.
“Está la orden de aprehensión de él (Bermúdez) y de otro más. Desde que sale del país huyendo, ya no es la policía local, es la internacional que lo anda buscando, rastreando. Hasta donde tenga que llegar, a tope. El compromiso de Javier May es con los ciudadanos, no con los delincuentes ni la mafia, machacó.
(…)
“Hoy, la barredora político-judicial del grupo del gobernador May tiene un doble efecto:
“El político hacia el interior del movimiento del partido en el poder, porque la divulgación del expediente Bermúdez no viene de una filtración, no viene de versiones de la oposición ni viene de un trabajo de investigación periodística; proviene del corazón mismo de la autodenominada Cuarta Transformación.
“Hoy es evidente que bajo el disfraz de su ‘superioridad moral’ se instauró un sistema de complicidades, todo se valía para alcanzar y afianzar el poder. La consigna ‘abrazos, no balazos’ servía para encubrir la impunidad para los criminales enchufados a la 4T.
“Las denuncias de la fiscalía del estado exhiben las fracturas dentro de Morena: las imputaciones no vienen de fuera, ha sido el propio gobernador de Tabasco, Javier May, quien denunció a Bermúdez por sus nexos criminales y es el propio hermano de Andrés Manuel, José Ramiro, quien dice que se está descubriendo y combatiendo la pudrición que había en el estado, escribió Alfonso Zárate en su artículo Adán Augusto, ¿el principio del fin de Morena?.
“El político hacia el exterior, porque el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene un poderoso elemento adicional para presionar a México en el combate a los cárteles de la droga y el de Jalisco Nueva Generación tiene en Washington la etiqueta de organización terrorista.
“¿La Casa Blanca tomó nota del caso?
“No lo dude ni un instante y será agregado como parte del arsenal retórico para seguir atacando al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
“El ajuste de cuentas del expediente Bermúdez, que pegó en el corazón político de Adán Augusto López, apenas comienza y Palacio Nacional no parece estar en posición de frenar las investigaciones y los procesos legales: no habrá impunidad ni se va a encubrir a nadie.
(…)
“Hoy la pregunta recurrente entre la comentocracia es si la presidenta Sheinbaum tomará una decisión, dará un manotazo, para quitarse de encima a una de las corcholatas (quizá a dos con Ricardo Monreal, líder de los diputados morenistas por sus excesos)…
“¿La Presidenta tomará la decisión para colocar a sus colaboradores, a sus fichas en el Congreso de la Unión?”
COLOFÓN
No cabe duda que los políticos de todos los partidos viven en una realidad alterna; asimismo, tienen alterada la percepción de lo que es normal y lo que representa una ostentación grosera de su riqueza mal habida, producto del abuso de poder y de la corrupción descarada.
Por eso se les ve en viajes por Europa (por cierto ¿por qué ahora ya no van a Estados Unidos de vacaciones?) en hoteles y restaurantes de súper lujo, como a Ricardo Monreal en Madrid, España y a Mario Delgado en Lisboa, Portugal. O a Andy López Beltrán en Tokio, Japón.
No podía faltar la exhibida a un político chapulinero (ya ven lo que dicen, que los oaxaqueños estamos en todos lados, aunque no siempre para bien).
Samuel ‘Samy’ Gurrión Matías, ex priísta y ahora diputado federal del Partido Verde Ecologista de México, el PVEM, fue exhibido por el tuitero Vampipe, quien menciona que la ‘novia’ de ‘Samy’ difundió fotos de sus vacaciones por Europa, mostrando dos relojes carísimos, un Patek Philippe de 3.5 millones de pesos y un Cartier de un millón de pesos.
Lamentablemente, no hay lugar ni partido donde la incongruencia política y la corrupción no haya permeado.
NGE
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